sábado, 28 de junio de 2008

Mongolia.- Donde lo más simple es lo más importante


Segunda etapa de tren, más corta en tiempo y más entretenida que la anterior. LLegamos al compartimento y nos encontramos un chico ( que al final tenía 39 años) escocés que viajaba sólo en sus vacaciones haciendo más o menos el mismo recorrido que nosotros. Evidentemente su alegría fué enorme al encontrarse a una persona con la que hablar ( y nos referimos a Prada, ya que Barbe el pobre sólo escuchaba para pillar al vuelo lo máximo). Alistair al parecer también sufría una extraña dolencia, ya que al decirle que hablara lento para poder entenderle y poder participar los 3 de las conversaciones, decía que si con la cabeza pero me entra por ahi y me sale por allá. Total que con su acento escocés incluso Prada tenía problemas para entender algunas cosas. Así pues el viaje se hizo más ameno con las charlas sobre la final de Glasgow, sobre los trabajos, sobre escocia, Barcelona y mil temas más.
A destacar también la parada de 7 horas en la frontera Ruso-Mongola para el control de pasaportes, visados y demás. Al principio te bajas del tren, das una vueltecita con nuestro Scotish friend y con un grupo de jubilados ingleses por el pueblecito de turno, pero cuando ves que únicamente hay 4 supers para los turistas, 5 vacas, 6 rusos con cara de pocos amigos y Bambi correteando por ahi te resignas a seguir escuchando el acento del norte de las islas dentro del tren.
La llegada a Ulan Bator (capital de Mongolia) fué apoteósica. El tren llegó a las 7 de la mañana, el tiempo malo, lloviendo, como toda la estancia en este país. Bajamos con nuestro papelito con las indicaciones de donde estaba el hostal ( a priori a 100 metros de la estación).
Caminamos, preguntamos, para allá, nos indica una mujer con la mano, seguimos caminando, volvemos a preguntar, para el otro lado nos dice otra, y nosotros cargados como mulas. Con la tontería llevábamos media hora caminando y ya empezábamos a estar un tanto moscas. Entre tanto se iban parando coches a nuestro lado ofreciendo su servicio, pero la cara era de, "sube sube que de aquí no bajas".
La llamada al hostal no solucionó nada, porque no hablaban inglés, y claro, si ya ibámos justos de Ruso, de Mongol como que no. Así que a pesar de las 5 llamadas que hicimos y que nos hicieron, no huvo manera de entenderse, y después de estar 2 horas caminando en circulos, decidimos sacrificar el depósito que habíamos pagado y llamar a otro hostal del que nos habían dado la tarjeta en la estación. En este caso si que hablában inglés y nos vinieron a buscar.
El hostal era un poco flojito, en línea con la ciudad, pero el servicio era excelente y por fin nos encontramos ambiente mochilero, con gente de todo el mundo ( incluso un chico de barcelona, un poco borde todo sea dicho). Nada más llegar, nos ofrecieron una excursión de un día y una noche a un parque natural, con ruta en caballo, comida típica y noche en cabaña nómada que evidentemente cogimos.
La ciudad en sí no tiene nada del otro mundo, con su parte más nueva hecha con edificios de ladrillo, donde probablemnte vivan los más pudientes, y el resto, una gran mayoría, que viven en la periferia en cabañas típicas de aquí. La visión impresiona, ya que ver miles y miles de cabañas juntas, hasta el horizonte no se ve cada día.
La excursión fué de lo mejor que hemos hecho hasta ahora, salímos por la mañana en una furgoneta del hostal, con otros 7 chicos, y fuimos hacía el parque. Durante el camino nos dijimos que ojalá hubiéramos estado más tiempo aquí, ya que los paisajes son super bonitos, y organizan excursiones de 8 noches por apenas 150 euros con todo incluido. Ya tenemos excusa parta volver en un futuro.
Al llegar nos dieron un cabaña donde había una estufa en el medio y cuatro camas, con un agujero en el tejado por donde entraba el agua (seguía lloviendo a ratos) y el frío. Lo primero que hicieron fué servirnos la comida, una carne, con un sabor, color y textura un poco raras, enuelta con una especie de pasta, según supimos después era oveja, pero seguimos sospechando su procedencia. Después de comer fuimos ha hacer una excursión por la zona, para ver el valle desde lo alto, y poder sacar unas buenas fotos; la verdad es que no decepcionó y valió la pena la paliza de la subida. Al llegar otra vez al pequeño poblado, nos tenían preparados los caballos ( que por cierto eran muy pequeños) y fuimos a montar un poco. Para ser sinceros los pobres parecían super cansados y encima estaban algo desnutridos.
Para cenar nos brindaron de nuevo la misma carne, esta vez empanada. Terminamos el día en una tienda hablando con los otros a la luz de una vela, ya que no hay luz artificial.
Durante la noche Barbe sufrió el primer episodio infeccioso, no sabemos si por la carne con color raro, si por tocar a animales sucios o por ser un poco flojito, pero el caso es que se pasa fatal. En medio de la nada, en una cabaña con encanto, pero no nos engañemos, un poco cutre, con una cama durísima, con mucho frío, sin lavabo, sin luz y lo peor de todo con el fortasec en el hostal. Todo el viaje cargando el botiquin y cuando lo necesitamos no lo tenemos a mano.
El último día lo gastamos recuperando el sueño y algunos la barriga en el hostal y comiendo bien en nuestro pub irlandés donde se comía muy bien por 8 euros los 2.
El tren camino a Pekín nos sorprendió, ya que acostumbrados a lo cutre que habíamos tenido hasta el momento, nos encontramos que teníamos tickets de primera clase ( sólos en el compartimento!!), en un tren todo nuevo, con lavabo en condiciones, compartido cada dos y hemos tenido la posibilidad de descansar y recuperar fuerzas para afrontar los 8 días en Beijing.
El cambio de ancho vía fué espectacular, ya que nos metieron en un angar, separaron los vagones del tren, y fueron levantándonos con la gente dentro con unos gatos hidráulicos para cambiarles toda la parte de abajo.
Ahora estamos a 2 horas y con ganas ya de llegar y también de encontrar un bar para ver la FINAL de ESPAÑA, que nuestro amigo Alistairr acaba de venir a nuestro compartimento a decirnos el 3-0. Hemos tenido la mala suerte de que los cuartos y las semis nos han coincidido con días de tren, pero esta final no nos la perdemos.....vamoossssssssssssss.

sábado, 21 de junio de 2008

Moscu-irkutsk, viaje al corazon de siberia

1) Transiberiano, primera parte: 86 horas y 5,000 kilometros a traves del bosque siberiano


En el mismo momento en que llegamos a la estacion de tren nos dimos cuenta que algo no encajaba. En lugar de los cientos de mochileros occidentales que nos esperabamos habian apenas un par de docenas de personas entre rusos, mongoles y otros especimenes cuya nacionalidad no identificamos pero que bien seguro no eran de Moscu hacia el oeste. Nosotros, que nos habiamos plantado en la estacion una hora y media antes de que saliera el tren para evitar sorpresas, nos dijimos el uno al otro que habiamos sido demasiado previsores en cuanto a la hora y que el resto de mochileros (y mochileras), que no lo habrian sido tanto, estaban al caer. Pasaron los minutos y ni rastro de mochilero alguno. Miradas nervisosas entre los dos. Si habia algun occidental era mas feo qu el Fary (que en paz descanse), y de largo. Total, que sin comerlo ni beberlo nos vimos metidos en un tren de 2 metros y medio de ancho lleno de rusos y mongoles (estos ultimos siempre preferidos a los primeros, que son de lo peorcito del planeta en cuanto a calidad humana), en un cubiculo de dos literasde 180x50cm en la que no podiamos ni dejar reposar las mochilas (las cuales no son precisamente pequenyas). Ni tias, ni fiesta, ni vodka, ni diversion alguna...la leyenda mental que nos habiamos montado sobre el transiberiano (o transi-verano, porque el calor que hace en el tren es insoportable) se fue a tomar por culo en un abrir y cerrar de ojos, como un ninyo que se acerca a El Corte Ingles el dia de reyes para entregarle su carta a Gaspar el Rey Mago y cuando por fin consigue acercarse a el, el ninyo le estira de la barba y descubre que no es mas que el tipo que vende corbatas en la planta de caballeros. Ni siquiera el jamon (2 kilazos...) que mi abuela (la de Prada, que soy yo) nos preparo "para que comieramos bien en el tren" podia consolarnos.

Visto lo visto, nos tomamos el trayecto (que por si no lo hemos mencionado, fue de 86 horas) de la unica forma que cabia tomarselo: en plan relax, escuchando nuestra musiquita, aprovechando para rematar ese libro que nunca se acaba, y tal y tal. Lo unico es que cuando llevas 15 horas tirado en la cama, te has leido 2 libros, a demas del que tenнas a medias, te has escuchado y reescuchado los 20 gigas de musica de tu iPod (incluyendo el grandes exitos de Julio Iglesias. (esto es broma, que nadie se asuste) y te has comido uno de los dos kilos de jamon que llevabas, la ideas como saltar del tren en marcha o pegarte un tiro empiezan a rondarte por la cabeza. Aun asi, a partir del segundo dia empezamos a acostumbrarnos a la vida en el tren y el viaje empezo a hacerse menos duro.
El paisaje es espectacular, basicamente bosques y bosques de pinos y otras especies muy pero que muy verdes. Putin se debe partir cuando oye hablar del cambio climatico porque la cantidad de arboles que tienen en Rusia es increible. Durante los mas de 5,000km que recorrimos desde Moscu hasta Irkutsk no dejamos de ver bosque ni un solo momento.De tanto en tanto se podian ver aldeas de cuatro o cinco casas de madera en los claros que los miles y miles de arboles se dignaban a dejar. Al principio pensamos que estas aldeas servirian mas como decorado para una pelicula de terror que como un sitio para vivir, pero aldea tras aldea nos dimos cuenta que la gente realmente vive alli. Es increible las maneras tan diferentes en que personas relativamente parecidas pueden llegar a vivir sus vidas. Es impensable para alguien como nosotros vivir en medio de la nada como vive alguna gente aqui en siberia. Gente que vive en aldeas de apenas cuatro casitas hechas de madera, cuya poblacion mas cercana esta facilmente a 100 kilometros, sin practicamente comunicarse con la "civilizacion" (o descivilizacion, segun se mire) durante, imaginamos, casi toda su vida. Aunque seguro seria aun mas impensable para esta gente vivir en las ciudades. Se volverian locos, seguro. Locos de ver gente loca. Locos de ver todas las necesidades que la vida en sociedad (tal como la conocemos hoy) crea. Necesidades ficticias, subjetivas, al fin y al cabo. Pero bueno, tampoco vamos a ponernos catastrofistas.

Quiza lo mas curioso del viaje fui no tener noches. Asi, tal como lo ois. Tan pronto como parecia que iba a anochecer (a eso de las 12 de la noche) empezaba otra vez a salir el sol. Increible. El primer dia tuvimos algo asн como una hora semi-oscuridad y el resto 2 como mucho. Ademas, en toda Rusia los trenes y las estaciones solo marcan la hora de moscu, asi que a nosotros ni se nos paso por la cabeza cambiar la hora. Pues cuando llegamos a Irkutsk a las 2 de la tarde (hora de Moscu), segun lo previsto, nos dicen que son las 7 de la tarde. Asi que entre que el sol no desaparecio en 4 dias y que nos pateamos 5 franjas horarias sin enterarnos ahora tenemos un jet lag de cuidado.

La compamyia fue bastante variopinta, toda rusa, por supuesto. Primero compartimos compartimento con una chica (a la cual llamaremos Irina, aunque no tenemos ni papa de su nombre real) que hablaba un poco (poquisimo) de ingles y nos dijo que se iba a su casa, en los Urales. Despues con una mujer que iba de viaje de trabajo (a juzgar por su portatil) que, al ver que eramos extranjeros decidio ni mirarnos. Luego compartimos compartimento con Dimitri. Personaje donde los haya el amigo Dimitri. A sus 45 tacos, entra en el compartimento con los walkmans a todo trapo y cantando en ruso como si alli no hubiera nadie (notese que con un dia y medio de viaje a la espalda eramos los mas veteranos del compartimento y como tales se nos debia un respeto...). Cuando por fin se calla, se quita los cascos y nos da la mano como si fuйramos colegas de toda la vida. Empieza a hablarnos en ruso y le decimos que le estamos muy agradecidos pero que no se moleste en hablarnos porque no le entendemos. Es aqui cuando Dimitri empieza a mostrar los sintomas de una patologнa que parece ser comun en casi todos los rusos. Dicha patologia se manifiesta cuando un ruso (en este caso, Dimitri) se dirige verbalmente a un no ruso (en este caso nosotros). El no ruso le explica al ruso que no le entiende mediante todo tipo de senyas. Es entonces cuando el ruso hace caso omiso de las senyas y sigue hablando en ruso sin parar y sin importarle lo mas minimo que su interlocutor no este entendiendo nada. Esta enfermedad no es danyina para el sujeto ruso pero puede ser muy embarazosa para el sujeto no ruso (los mendas) especialmente si el ruso mira a los ojos, como es el caso de Dimitri. Dimitri hizo las mil y una en el tren, aunque no hay tiempo aqui y ahora para explicarlas.

Pues eso, despues de 86 horitas, 3.5 dias (0 noches), mas de 5,000 km, millones de arboles y ninguna ducha, se acabo el primer tramo en el transi-verano. Ya solo quedan los tramos Irkutsk-Ulan Bator (Mongolia) y Ulan Bator-Pekin que en total seran unos tres dias mas. Ha sido una experiencia unica y, aunque acostumbrarse a no hacer nada puede ser un poco duro el primer dia, nos ha encantado.

Por cierto, despues de casi cuatro dias sin practicamente moverse no sabeis lo mas duro: Cargarse la mochila de 25 kilos y andar dos kilometros hasta el hostal de turno...

Fotos en http://picasaweb.google.com/guillermo.de.prada/TransiberianoParte1MoscuIrkutsk

2) Irkutsk

De Irkutsk hay poco que contar la verdad. Es la capital de Siberia, si bien este no es un gran dato porque seguramente es la unica ciudad de la zona que pasa de los 30,000 habitantes. Tiene medio millon segun wikipedia pero la verdad es que no los vemos por ningun lado. Es una ciudad grande pero se ve sucia, pobre y bastante mediocre, cosa que no nos sorprende porque esta en el medio de la nada. El primer dia intentamos hacer un poco de turismo y salir a ver los lugares mas caracteristicos y lo cierto es que en una manyana te los terminas, asi que nos hemos dedicado estos dias a estar en plan relax, hacernos nuestras ensaladitas "made in spain", con aceite virgen extra y aceitunas, importadas de espanya (con la correspondiente ilusion al verlo en el super). La verdad es que ya nos tocaba comer un poquito sano. Tambien hemos podido aprovechar el tiempo para ir a mantener la forma (algunos a cogerla) y prepararnos de nuevo para una nueva dosis de tren. El unico lugar a mencionar y por el que basicamente paramos aqui fue para ver el lago Baikal, la reserva de agua dulce mas grande del mundo y lugar de veraneo del mismisimo Putin. Asi pues nos dispusimos con nuestras respectivas mochilitas, con el banyador y chanclas dentro, y con un bocadillo de pan rancio y nos dirigimos hacia la estacion de buses ( hay 60km hasta el lago). Al llegar y intentar comprar los tickets, otra vez los problemas del idioma con las taquilleras, que no son universitarias precisamente. Total que al final conseguimos un boli, escribimos a donde queriamos ir, y nos dicen ( bueno, nos escriben) que no sale hasta la tarde. JODIDOS!!!, una cosa que hay que ver y no podemos ir. Salimos de la estacion y conseguimos a base de preguntar ( digase, ensenyar un trozo de papel con el nombre en ruso) que nos indicaran una furgonetilla mas bien ilegal que no hacen mas que rondar la ciudad ( tendriais que ver el transporte publico aqui). Asi pues nos montamos en la furgo-taxi con tan mala fortuna que en el ultimo instante se monta un mongol con pinta de vagabundo, y oooohh, ley de Murphy, el unico sitio libre es a nuestro lado. Todo el viaje soportando un pestazo alucinante ( mas Barbe que Prada, porque lo tenia justo al lado y sin ventana a la que recurrir). Despues de casi una hora de viaje y llegar bastante perjudicados por el "eau de rosas" del susodicho, pudimos respirar aire puro en el lago. La jornada estubo bien, como siempre, y como casi no tenemos pinta de turistas, nos intentaron encalomar en un barco pesquero pagando bastante dinero por una vueltecita rancia, pero como nuestras mamis nos han ensenyado muy bien, no caimos en la trampa....todo sea dicho que llegamos a meternos dentro. Asi que nada de barquito y nos decidimos a explorar el lago a pie, o esa parte del lago, porque tiene mas de 1.000 km de largo. Lo que vimos durante toda la maсana fue a modo de resumen:

- un pueblecito de pescadores con sus casitas de madera, que seguimos preguntandonos como soportan el invierno siberiano.
- una plaga de mosquitas, pero plaga plaga, que estaban por todos lados y de la que adjuntamos foto para que Calvillo los examine.
- un paisaje super bonito, combinando agua y bosque, despues de meternos por un sendero no muy practicable y donde fuimos atacados por 3 o 4 tabanos bastante pesados que no dejaban de insistir.
- la sensacion de estar delante del mar.
- sentirnos el centro del universo cuando nos cruzamos a un grupo de 8 chicas que nos escucharon hablar castellano y se pusieron a gritar como si fueramos Beckham. Y como evidentemente no lo somos todo tiene una explicacion: eran estudiantes de castellano en la universidad que iban a celebrar que habian acabado el curso, y fuimos los primeros castellano
parlantes en su vida con los que pudieron practicar.....se entiende la emocion. No quisimos forzar la maquina.
- y para terminar, lo iluminados que fuimos al poner el banyador en la mochila, primero porque el agua estaba congelada y segundo porque no sabemos porque esta prohibido banyarse.

Preparados para el segundo plato de tren.

Mas fotos en http://picasaweb.google.com/guillermo.de.prada/LagoBaikalIrkutskSiberia

Un abrazo a todos.

Barbe y Prada

sábado, 14 de junio de 2008

Moscú, ciudad de contrastes

Bueno, bueno, es verdad que nos hemos colgado un poco en estrenar este blog, y por ello el rollazo que viene a continuación...

Llevamos en Moscú ya cinco dias (y sobretodo, cinco noches). La llegada fue, cuanto menos, curiosa. En primer lugar porque los -2ºC que nos esperábamos no hicieron acto de presencia (y mira que no podíamos ir mejor equipados al efecto) y en su lugar nos aparecieron los 20ºC a los que tan acostumbrados estamos los españoles. Si a esos 20ºC le sumamos los 30 kilos que llevábamos a rastras tenemos una sensación térmica de unos 50 grados. Por Dios, que calor. En segundo lugar, porque los rusos no hablan ni palabra (ni una) de inglés. Pero es que ni "hello", ni "one, two, three", ni "water" ni nada. Y para colmo, todos los carteles están escritos en el alfabeto rusos, que por cierto no hay quien lo descifre.

Total, que si a alguien le llegan voces de dos tios con su casa a la espalda, sudando como pollos y haciendo mímica en una taquilla de venta de billetes de tren en Moscú, ya sabéis de quién os están hablando.

Nuestra salvación fué, ya en el tren hacia el centro de Moscú, un profesor de matemáticas ruso que había dado clases en Leeds y que se manejaba más que bien con el inglés. Al muy buenazo le dimos tanta pena que nos acompañó del tren hasta el metro, buscó la dirección de nuestro hostal en el mapa, nos dió indicaciones de cómo llegar y nos dejó sanos y salvos en la correspondiente linea de metro. Cogemos el metro y sólo bajarnos (en la parada equivocada, por supuesto) una señora de unos 70 tacos nos coge a los dos del brazo y nos suelta una parrafada en ruso que sonaba más a mal de ojo que a bendición rusa. "Señoruska, suéltenos, coñinski!" le decíamos, pero no hubo manera. La cartera la seguimos conservando, si alguien se lo pregunta. La señora al final cede y nos suelta, y nosotros seguimos el camino convencidos de que nos acababan de maldecir el resto del viaje.

Salimos a la calle y no tenemos ni idea de dónde estamos. Pero ni idea, ni idea. Preguntamos, contestan en ruso. Volvemos a preguntar, vuelven a contestar en ruso. Volvemos a preguntar y damos con una de las únicas tres personas que hablan inglés en Rusia (la tercera, y la mejor, aparece más abajo). La pena que le dimos la pobre chica fué tal que llamó al hostal (con su teléfono...) para ver dónde estaba y nos acompañó hasta la misma puerta, trayecto en metro incluido...

En el hostal más lio (si bien ya en inglés) porque nuestra reserva no está hecha. Así que tuvimos que compartir habitación con una pareja de alemanes (majísimos) la primera noche y a partir de la segunda nos dieron el zulo que se ve en las fotos. La verdad es que el hostal no está mal, al menos tenemos internet y una ducha decente. Si el resto son como éste podemos darnos con un canto en los dientes.

Visita a los puntos turísticos de rigor: la plaza roja, el Kremlin, la tumba de Lenin, etc, etc. Todo muy bonito aunque bastante ostentoso. Se notan mucho las desigualdades que la ciudad ha heredado del comunismo. En el centro de Moscú sólamente se ven Mercedes, Lincolns, BMWs por un lado (80 por ciento de los coches) y carracas de vehiculos de los años 80 por otro.

En cuanto a la vida nocturna, nos andamos con cuidado las dos primeras noches, y nos quedamos en el hostal haciendo bondad, pero a la tercera fué la vencida y nos lanzamos a la aventura. Así que cogimos la calle principal de Moscow y fuimos bajando chequeando algún posible bar,pub,disco donde poder tomar algo. A punto estuvimos de meternos en un local de gays sadomasoquistas, pero gracias a las fotos de la entrada pudimos evitar una trajedia...jajajaja; acto seguido tuvimos la gran suerte de preguntarle a la persona correcta: Nicolai, que, "como la mayoría de los universitarios", hablaba inglés y nos invitó a seguirles a él y a la pareja que le acompañaba.

Primero intentamos entrar en un pub con terraza en la calle donde se codeaba la gente más chic de Moscú, con sus respectivos guardaespaldas y chóferes esperando en la entrada. Fué aquí donde vimos uno de los espectáculos más ridículos del viaje, cuando entró en la calle un porche carrera dorado, si si, dorado y con florecitas, hecho a medida por el cutre de su dueño, un joven ruso, vestido de la peor manera posible. A su llegada todas las rubias del local salieron a recibirle y a revolotear a su alrededor, y los tios a mirar su nuevo juguetito y a decirle lo espectacular que era (o eso suponemos). Total, que el contacto de Nicolai no estaba y no nos dejaron entrar, así que fuimos, en taxi (el primer y último que hemos cogido), hasta la discoteca. El taxista, que era un ejecutivo que había terminado su trabajo y quería ganarse el último duro antes de irse a casa, tenía hasta la americana colgada atrás. Nicolai nos contó que la forma más segura de coger un taxi es hacer dedo y negociar con el primero que se pare, ya que los taxis oficiales son más bien peligrosos. Nos plantamos en un local de moda (que estaba lleno en miércoles noche!) y empezamos algo timidos por el tipo de música (muy techno) y por la dificultad del idioma, hasta que en un momento de la noche Nicolai y sus amigos aparecieron con chupitos de vodka para todos, y nos fuimos soltando.

En el mismo garito conocimos a un Argentino que lleva un año viviendo aquí y nos estuvo pegando el rollo. Al final de la noche, y por desgracia nuestra, Nicolai se nos despistó y no pudimos pedirle los datos.....lástima, hubiera sido un buen apoyo el resto de días.

La noche del jueves volvimos a salir, esta vez a un local que nos habían dicho que estaba muy de moda, y la verdad esque la música era bastante horrorosa e inbailable, pero se hizo lo que se pudo y se dejó el pabellón bastante alto. Las rusas no tienen ni guarra de bailar pegados y se les intentó enseñar un poquito, como la noche anterior. Volvimos andando hasta el hostal, pero esta vez con un mapa, ya el día anterior tardamos dos horas en llegar porque pasamos por plaza cataluña para llegar...en fín, la orientación no es lo nuestro...

En resumen:

- Por tener que ser menor de edad para ser policia ruso.
- Por la cara de mala leche y de corruptos de los rusos.
- Por el parque móvil visto.....de mayores ya no tenemos que ir a los concesionarios de lujo.
- Por equivocarnos día si día también en el metro.
- Por las rusas.
- Por Nicolai y su ambiguedad sexual.
- Por las llagas de Prada por correr 20 minutillos de mierda.
- Por el spanglish de Barbe made in San Ignacio.
- Por los taxis espontáneos.
- Por los sandwiches envasados al vacío con sorpresa al abrirlos.
- Por los 3 goles de Villa no celebrados por posible represalias.
y sobretodo.......
- Por el recepcionista chiquilicuatre del hostal, con estudios en Harvard, que se olvidó de cobrarnos.....
- Por nosotros de ser tan cabrones de no recordárselo y pagar 15 euros por 5 noches...
- Y por tener 300 euros de más para vodka en el tren que beberemos a la salud de Harvard...
- SPASIVA (gracias) MOSCOW.

Prada y Barbe.......un abrazo y un petó al cul.

http://picasaweb.google.com/guillermo.de.prada/Moscow

domingo, 1 de junio de 2008

Gracias


Gracias a todos los que vinistéis ayer a la cena de despedida. Gracias por vuestros dedicatorias, que sin duda leeremos y volvermos a leer durante todo el viaje. Os echaremos de menos a todos.

Ahi va el link a unas fotos para el recuerdo.