sábado, 12 de julio de 2008

China, otro planeta

Hace ya un par de semanas nos plantamos en Pekín tras de otro dia y medio de tren desde Ulan Bator. Algun espabilado (Miguel, por ejemplo...) se preguntará por qué un dia y medio desde Mongolia hasta China si están bien cerca. Buena pregunta. Pues porque debido a que China y Mongolia tienen un ancho de via diferente, a la salida de Mongolia los chinos se dan el capricho de retener el tren 8 horas en la frontera, levantarlo, y cambiarle las ruedas para poder seguir por la vía china. Un trabajo de chinos (nunca mejor dicho) que tiene tanto de curioso como de pesado. Eso sí, los chinos tienen muy asumido el rol de anfitriones de los Juegos Olímpicos y al menos se han regalado unos trenes que da gusto. En contraste con el tren con el que atravesamos Rusia, el tren (u hotel...) que nos llevó hasta Pekín tenía un baño cada dos personas, aire acondicionado en cada cabina y, no os lo perdáis, televisión en cada cama. Todo perfecto excepto que la televisión sirve de poco si no eres aficionado a las peliculas de Kung Fu o al karaoke.

Una vez llegados a Beijing, no tuvo que pasar mucho tiempo para darnos cuenta de que China es otro planeta y, sobre todo, los chinos, unos extraterrestres. Si no hubieramos llegado por tierra hubieramos pensado que estavamos en territorio marciano.

Para empezar porque es el único sitio al que vas de turismo y la atraccción turística eres tú mismo. Nos explicamos: por alguna extraña razón, la gente no paró de pararnos por la calle para hablar con nosotros y hacernos fotos. Tal como suena. De acuerdo que el hecho de que uno de nosotros sea pelirrojo ayuda, pero tampoco es para tanto, ¿no? Desde gente que nos ha parado por la calle para pedirnos si se podian hacer una foto con nosotros hasta niñas indiscretas que nos hacian fotos con el móvil desde la mesa de al lado mientras comiamos en el McDonalds...si es que estos chinos no viajan mucho.

Seguramente, entre otras cosas, porque cruzar Pekín ya es todo un viaje. Dieciocho millones de personas en una sola cuidad. Se dice pronto. Y claro, luego que a nadie le extrañe ir a cualquier restaurante y tener cuatro camareros por barba, todos muy serviciales. En cuanto entienden que lo que quieres es una coca-cola (una media hora después de que se la pidas) van corriendo (literalmente) como desesperados a buscártela. Uno de los casos más exagerados del exceso de gente en el sector servicios chino son las gasolineras. Siete "gasolineros" por surtidor serían demasidos en cualquier parte del mundo...excepto en China. Ni mencionar la de gente que trabaja en obras (incluso mujeres le dan al pico y la pala) y lo rápido que construyen cualquier cosa...es alucinante levantarte por la mañana y ver que el edificio de al lado tiene tres pisos más que cuando te acostaste. Se dice que el nuevo aeropuerto (que es inmenso y arquitectónicamente impresionante, por cierto) lo construyeron en menos de un año. Son unos auténticos locos del trabajo. No paran.

Aparte de muchos, los chinos son bastante simpaticotes. En seguida te hablan para preguntarte que partes de la ciudad has visto y cuales no, te hacen recomendaciones, etc. Luego, evidentemente, te intentar vender el producto de turno, pero, aún así, se puede decir que son buena gente. Eso sí, muy guarros. Sin ningún tipo de problemas eructan mientras están hablando contigo (sin girar la cabeza o taparse la boca, obviamente) o te escupen entre pié y pié. Muy cerdos. Ah, y la última moda entre los machos más viriles es levantarse la camiseta hasta el pecho (en plan bikini) y andar acariciándose el barrigumen. Es señal de prosperidad, dicen. Ellos sabrán.

En cuanto a atraccciones turísticas, todas son muy bonitas aunque la mayoria de templos tienen la misma linea, si bien la historia que hay detrás de cada uno es a cual más dispar. La Cuidad Prohibida es muy espectacular y todavía más lo es pensar en como vivían los antiguos emperadores. La plaza del Tian'anmen es la más grande del mundo y tiene un mausoleo gigante donde está el cadaver de Mao Zedong, toda una institución en China incluso después de muerto. Si Lenin levantara cabeza pillaria un buen cabreo porque su mausoleo en Moscú no es ni una décima parte del de Mao en Pekín. De lo que más nos impacto fué el auditorio que se han montado. Cosa fina, echarle un vistazo en las fotos.

Luego templos y más templos, aunque vistos diez, vistos todos. Como decimos, más que la arquitectura (que suele ser parecida) lo más más interesante es la historia detrás de cada templo. Y sus nombres. Que si el Templo del Cielo, el Templo del Agua, del Aire, el de la Sabiduria, de la Perfecta Puridad, de la Puridad Perfecta, de la Perfección Pura, Purísima Perfección...y así un no acabar de nombres bastante curiosos...templos para emperadores, para emperatrices, para concubinas (estos son los más grandes, porque los listos de los emperadores tenían más concubinas que nuestro Juan Carlos I). Vamos, que no vivían mal estos tipos.

De lo más espectacular fué la Gran Muralla, aunque también fué lo más cansado que hemos hecho hasta la fecha. Nos pegamos una caminata muy dura. Fuimos en plan tour con un grupo de gente de varios hostales y al subir al autobús que nos llevaba a la muralla ya vimos que nos habíamos perdido algo. La gente lucía una vestimenta de escalada al Everest: camisetas hipertranspirables, bastones de montañismo, camelbags, zapatillas casi de rocódromo...Y ahí estábamos nosotros, que ni sospechábamos que la visita a la Gran Muralla China podía consistir en una pateada de cuatro horas, con nuestro equipo de guiri profesional. Barbe incluso se tomó la libertad de plantarse con chanclas y camisita rosa de latin lover. Gracias a Dios, en cada excursión de este tipo siempre hay un grupito de americanos/as que van incluso menos preparados que tú. God bless America. La muralla en sí es espectacular. Las partes más antiguas están bastante destruidas, por lo que caminar por ellas se hace duro e incluso algunos tramos son algo peligrosos. Sin duda, valió la pena a pesar del castigo físico que suponen cuatro horas subiendo y bajando escalones de medio metro. Al fin y al cabo es una de las siete maravillas del mundo.

Ahora bien, lo más divertido (con diferencia) de Pekín es lo que ellos llaman la Silk Street. Imaginaros un Corte Inglés de 6 plantas donde se vende absolutamente de todo, de todas marcas, con la prticularidad de que nada es auténtico. Desde iPods y cámaras Sony hasta bolso de Louis Vuiton y Gucci, pasando por trajes Armani y relojes Rolex. Todo, absolutamente todo, réplicas idénticas del producto original. Lo divertido del tema es el regateo. Para que os hagáis una idea, los dos primeros días en Pekín nos lo pasamos en esta Silk Street regateando a las chinas (además, en plan gitano, sin comprar). Las dependientas son vendedoras compulsivas que ¡hasta hablán castellano! Expresiones del tipo "tú tacaño", "esto calitá, amigo", "balato balato", "tú loco loco" o "ni pa tí ni pa mí" (cuando nos dijeron ésta no pudimos dejar de reir en diez minutos) se oyen por todo el complejo. La verdad es que no hemos comprado casi nada porque no hay guita pero nos lo pasamos en grande. En serio, si alguien viaja a Pekín que se pase por la Silk Street porque no tiene desperdicio.

Tema Juegos Olímpicos, los chinos se lo han tomado en serio. Han remodelado gran parte del metro, construido cientos de hoteles, hecho un aeropuerto de cojones...el único problema que seguro van a tener es el idioma porque, excepto los universitarios (que no son demasiados), nadie habla inglés. Ni taxistas ni camareros ni nadie. Suerte que los menús en los restaurantes van con fotos... La villa olímpica se intuye muy bonita, aunque los chinorris estos están tan nerviosos por un posible atentado que tienen la zona acordonada y 500 metros son lo máximo que uno puede acercarse a las instalaciones. Ojala no ganen ni una medalla, por rancios.

Y hablando de deportes, qué decir de los dos acontecimientos deportivos del año...Primero la selección. Nuestro amiguete escocés (sí, el del tren) nos dijo que conocía un bar donde daban la final contra alemania. Como buenos españoles nos plantamos en dicho bar a las 12 de la noche (¡el partido era a las 3!) para animar con todas nuestras fuerzas a la roja. "Perfecto" - pensamos- "somos de los primeros. No hay españoles pero deben estar al caer". Pues ni un mísero español se pasó por el garito. En su lugar, tropas de alemanes gigantes invadieron el bar. Eso sí, en el gol de Torres gritamos más que doscientos alemanes. ¡qué placer ganar en territorio enemigo!¡Vamos España, ahora sólo nos queda el mundial!
El otro evento deportivo, más épico incluso que la final de la eurocopa, fué la final de Wimbledon. Eso no fué un partido de tenis sino la tercera Guerra Mundial. Todavía no sabemos como Rafa Nadal puede andar con esos huevos tan enormes que Dios le ha dado. No hay palabras. Estuvimos de 9 de la noche a 5 de la mañana frente a la televisión sin parar de mordernos las uñas. Vamos Rafa!!!

La noche pekinesa no está mal. Discotecas a reventar (como no podia ser de otra manera) y mucho, pero que mucho, calor. Desde discotecas cuyo suelo se balancea al ritmo de la música hasta los conocidos garitos de karaoke. Nada realmente destacable. Ah sí, una cosa, los chinos son los especímenes que peor bailan del mundo. O del espacio, vamos.

Desde aquí dar las gracias a Giancarlo, Valeria, Antonella y Amelia (amigos de Prada padres) que nos han tratado com a auténticos emperadores. Mil gracias.

Ayer llegamos a Hong Kong, muy diferente a Pekín. Y tenemos que dejaros porque vamos a reunirnos con un tipo muy famoso por aquí, un tal Albert Calvillo. Hasta el próximo "capítulo".

Fotos: http://picasaweb.google.com/guillermo.de.prada/Beijing

Un abrazo

Barbe&Prada

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Actualizas el dia 12, y no te acuerdas de mi! Jaajjajaja aunque bueno, ya sabes, aunque no hayas caido en que es mi cumpleaños, yo pensaré que si xD!

Un besito, sigue comiendote el mundo :)

Unknown dijo...

acabo de hablar cn Barbe y Calvin en directo desde China!!!

llevaban una taja descomunal!!!

os garantizo que se lo estan pasando de coña asi que todos tranquilos!

Unknown dijo...

En Peking como emperadores, a mandar chicos!!! Me ha encantado patearme la ciudad con vosotros y lo he pasado genial! Cuidaros mucho en vuestras proximas aventuras en SE Asia y ya nos veremos en Melbourne con Zoe y sus amigas! he he HE!

Un abbraccio forte. Ciao Belli!!

Vale xox