viernes, 18 de julio de 2008

Salida de China

Después de nuestra larga estancia en Pekín, cogimos el vuelo hacía Hong-Kong con ganas. Primero por el cambio de aires después de 2 semanas, y segundo por el encuentro con Calvillo, que prometía mucho.
La llegada a la ciudad fué fácil, ya que casi todo el mundo habla inglés, y pudimos coger un bus que nos llevó a la puerta del hostal. Aquí empezaron a torcerse un poquitín las cosas, y como ya se sabe que en la vida, te dan una de cal y otra de arena, pues después del hostal de lujo de Pekín, nos tocaba.....como lo definiríamos.....a sí......el bloque de pisos mugriento con olor a mejillón seco ( no vimos a nadie comprarlo) de la entrada por culpa de una tiendecita de comestibles.
El edificio en si estaba distribuido en forma rectangular con un patio de luces interior: En la planta inferior, tiendecitas de toda clase, con sus respectivos vendedores tocándote la moral cada vez que entrabas. Los ascensores que llevaban a los pisos superiores estaban distribuidos a los ancho del edificio, y cada uno de ellos paraba en unas plantas determinadas. En cada planta, habían las respetivas tiendecitas de servicios, talleres y pisos. En nuestro caso, nuestra habitación era parte de un piso que lo habían dividido para alquilarlo. La verdad sea dicha, a parte de ser minúsculo, no estaba mal. Aunque después de ver la recepción del hostal en el pasillo de la planta 13, en una mesa de camping, cruzamos los dedos de las manos y de los piés para no dormir en la calle.
Como datos curiosos del susodicho edificio, del cual adjuntamos un par de fotos, es que si se te ocurría bajar por las escaleras, primero se te ponía un poco cara de asco de ver el patio de luces, con toda la grasa de años y años acumulada por todas partes. También curiosas, eran las manchas de sangre que había en cada esquina de las escaleras, pero no exageramos, no se salvaba ni una. La verdad es que no quisimos preguntar, pero viendo que a partir de las 12 de la noche sólo dejaban entrar a la gente identificándose, y aún y así tuvimos algún encuentro nocturno en los ascensores con personajes un tanto peculiares, no nos extraña que entre tanta variedad hubiera alguna diferencia.
La ciudad en si es espectacular, edificios grandes, iluminados por la noche, con una vida nocturna algo más occidental, y muchísima gente de todas partes ofreciéndote de todo.
En cuanto a la comida, no hemos tenido ningún problema. Primero porque las veces que fuimos sólos tiramos de la tan odiosa comida basura, pero que cuando estás a 10.000 km de casa la valoras. Y segundo porque salimos a cenar con Calvillo y su comercial ( Allen), Huy, y un amigo de ésta ( Jason) en varias ocasiones, a sitios buenos, donde pudimos disfrutar de la buena cocina China, y de la hospitalidad oriental de no dejar pagar nada.
Tampoco aprovechamos la oportunidad de ir a la playa en la primera oportunidad que tuvimos, aunque la verdad es que dejaba mucho que desear, tanto el día ( llovía como la gran mayoría de los días, es lo que tiene el monzón), como la playa ( debimos escoger la peor de HK). Pero al menos ya podemos decir que hemos ido a la playa.
De HK a Guangzhou fuimos en tren con Calvillo, para estar un par de días más con él. La ciudad no tiene absolutamente nada, a parte claro está de sus 8 millones de habitantes, por este motivo no hicimos ni una triste foto en 3 días.
Como punto destacable estubo de nuevo la hospitalidad de los comerciales de Calvillo que invitaron a una mariscada para cenar y a una mesa privada en uno de los locales de moda ahí. Si alguien va alguna vez a China, que no juegue al mentiroso con las chinas ( con los chinos si, que son un poco cortitos), porque allí es un deporte nacional a la hora de salir de fiesta, y cuando pierdes una vez y te toca beberte un chupito de chivas con té no pasa nada, pero si de cada 15 partidas sólo ganas 1, pues las consecuencias son evidentes ( de ahí la llamada cinto). Eso sí, al final el william (otro comercial chino amiguete de Calvillo) consiguió el teléfono de las chicas, a pesar de costarle una botella de chivas y otra de ballantine's 12 años.....jajajajajajaja.
Para dejar china y seguir nuestro viaje, teníamos la ruta estudiada, " que si tren de aquí hasta aquí, transbordo de tren, taxi para aquí y otra vez tren", y como siempre la teoría es fantástica hasta que la pones en práctica.
Mochilas a los hombros, 35o que debían hacer, y para la estación. Llegamos y la taquillera nos dice que no hay billetes y...." no ticket tomorrow, after tomorrow". ¡La virgen!, pensamos, dos días más en aquella ciudad, y entonces, apareció nuestra china salvadora que nos dijo que había un bus que iba a Nanning ( el mismo destino que el tren). Así que fuimos a comprar los billetes y a esperar 2 horas y media en la puerta para no perderlo, ya que si lo hacíamos perdíamos el resto de conexiones. Después de la interminable espera, llegó el bus-cama, un autocar con 40 camas divididas en 2 niveles, algo super curioso. Toda la noche viajando, pegando botes por el mal estado de la carretera y intentando dormir en un espacio super pequeño y con el aroma de los chinos incrustado en las fosas nasales.
El autocar nos dejó a las 5 de la mañana en una estación que estaba cerrada por la hora, y teníamos que coger un taxi para ir al siguiente tren, evidentemente, como no habíamos previsto el incidente de los tickets de tren, no llevábamos escrito la palabra " estación de tren" en chino, así que por enésima vez, nuestro nombre oficial fué........chucu chucu chucu chucu chucu chucu piiiiiiiiiiiiii piiiiiiiii, verdad que no es difícil?, pues a ellos les cuesta. Al final, 17km de trayecto por la ciudad en taxi y llegamos a la estación del chucu chucu.
Al ir a comprar los billetes, compobámos que habíamos llegado a tiempo, y que faltaban 2 horas para salir. Muertos de sueño, tirados en una estación en la china profunda, pensando......"con lo fácil que es el avión". Total, a las dos horas llegó el tren, un tren bastante cutre, en el que no describiremos las manchas de la tapicería ni de las ventanas, ni el olor que desprenden decenas de chinos humildes cuando se sacan los zapatos. Suerte que eran sólo 4 horas.
Por fin llegamos al último pueblo chino,pero antes de llegar a la frontera, teníamos que coger un taxi hasta ella, y después de ofrecernos 10, escogimos uno, y fuimos en moto-taxi. En las subidas casi había que bajarse a empujar.
Pasar la frontera fué mas rápido de lo que pensábamos, y ya podíamos decir aquello de "GOOOOODDD MORNING VIETNAM", pero nuestra odisea no había terminado, ya que nuestro destino era la capital ( Hanoi). Así que pillamos un taxi semi-oficial que nos llevó a la estación de mini-buses, y ahí cogimos nuestro último medio de transporte, pero quizás el más peligroso.
La furgoneta en cuestión, para haceros una idea, era la típica Mercedes 10 plazas. El problema no era la furgoneta, sino su conductor, y las normas de circulación vietnamitas. Después de más de 3 horas observando pudimos sacar algunas conclusiones para el adelantamiento, allá van:Vía de doble sentido, con un carril por cada lado.
- El código vietnamita indica que a parte del intermitente, has de pitar cada vez que adelantas.
- Si has de adelantar a una motocicleta, has de hacerlo lo más cerca de ella posible, más que nada para acojonarla un poco.
- Si has de adelantar a un coche, y en el sentido contrario viene una moto, tranquilo, tu pones el intermitente, pitas y adelantas, la moto ya espavilará para usar el arcen si no se quiere matar.
- Si los que adelantan son dos coches a dos motos respectivamente, cada uno en su carril, entonces se impone la ley de a ver quien es más chulo. En este caso sale perdiendo la moto del menos chulo, que rectifica trayectoria sin importarle lo que tiene a su derecha.
- Último caso, y el más flagrante. Si me encuentro a un amigo con otra furgoneta en el mismo sentido, nos ponemos en paralelo y tranquilamente charlamos mientras los del sentido contrario: A, utilizan su arcen. B, hacen un cruce a saco y usan el arcen contrario.
Al final, y después de 24 horas, 1 bus-cama, 2 taxis, 1 tren, 1a moto-taxi y una crazy van, estamos sanos y a salvos en Hanoi.
Por cierto, si en las estaciones de buses-trenes no hay carteles de "toilets", es para economizar gastos, sólo tienes que inspirar profundamente y aunque estés a 500 metros los localizas. ¡Qué asco!
Y por último, alguien les tendría que decir a los chinos, que escupir en todos sitios es de guarros, pero mucho más es escupir siempre con moco, y más cuando ya no te quedan y los tienes que ir a buscar muy pero que muy adentro. Cada uno que imagine.
Ale.......dewwwwwwwwwwwwww

Fotos: http://picasaweb.google.com/guillermo.de.prada/HongKongGuangzhouNanning

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Grande chicos! Un palcer encontraros por tierras Asiáticas, a sido la conexión Hong Kong Guangzhou más curiosa de los últimos tiempos. Muchas suerte por la parte que os queda...

Un Abrazo,
Calvillo

Unknown dijo...

guilermao!!!!

no paro de reirme con las normas de circulacion!!!!

que envidia me dais!!!

gracias por la postal!!!

me marcho el sabado a la India, que ganas!!

un besazo a los 2

Marinelli-san