viernes, 24 de abril de 2009

Prada Bolivia I

Aterrice en el aeropuerto La Paz a 4.100 metros de altura despues de casi cuarenta horas de viaje. Nada mas cargarme la mochila a la espalda, note que algo no iba bien; me faltaba el aire hasta sin haber dado un paso. Pensando que "por peores cosas he pasado yo", hice caso omiso de las peticiones de descanso que emitia mi cuerpo y me fui hacia el hostal sin darle demasiadas vueltas al excesivo cansancio. LLegue al hostal mas cansado que si hubiera corrido tres maratones y con un mareo serio, asi que tal como entre a mi habitacion cai rendido y me puse a dormir pensando que me acostumbraria a la altura en unas horas.

El primer dia me levante con una sensacion de terrible resaca a pesar haber dormido largo y tendido, si bien es cierto que lo hice en el peor colchon que haya probado en casi once meses de viaje (Dios mio, ya no nos queda nada). Me di una ducha de agua fria en defecto de caliente y sali a dar una vuelta por el centro durante que duro apenas dos horas porque no podia dar un paso mas. Exausto, me volvi al hostal, donde empece a tener un dolor de cabeza fuerte, mas tarde escalofrios, luego dolor de huesos y, para culminar, una ida por la pata de abajo de mucho nivel que acabaria durando mas de cuatro dias. Welcome to Bolivia.

Cuando mi cabeza ya empezaba a hacer quinielas sobre si habia cogido el dengue o el malaria (en Brasil habia sido picado por mil y un mosquitos) me decidi a acercarme a la farmacia para quedarme algo mas tranquilo. La farmaceutica me vio la cara y me dijo sin pestanear que lo que tenia era mal de altura combinado con alguna hamburguesa callejera que me habria comido (lo cual era cierto), asi que me dio las pastillas magicas de turno y a los cuatro dias me encontre mucho mejor. Mi entrada a Bolivia fue, pues, poco mas alla de cuatro dias entre la habitacion del hostal y el lavabo, casi por tiempos iguales, con alguna incursion rapida al locutorio de al lado para escribir un poco de blog cuando mi rebelde estomago lo permitia.

Asi que poco pude ver La Paz esa vez. De lo que vi, puedo decir que es un lugar muchisimo menos desarrollado que la Suramerica que habia visto hasta la fecha. La gente es en su gran mayoria indigena (las mujeres van vestidas con ropas tradicionales y por las calles se oye hablar Aymara y Quechua), y mucho menos educada que en lugares como Brasil o Argentina. Y es una autentica montana rusa; es durisimo darse una vuelta caminando. Y si no, que se lo pregunten a Messi, cuya seleccion argentina perdio 6-1 en La Paz contra la infame seleccion boliviana hara un par de semanas.

Un poco agobiado por lo de haber estado cuatro dias sin apenas salir del hostal, y sabiendo que tendria que volver a pasar por La Paz un par de semanas mas adelante cuando estiviera camino de Peru, decidi huir rapidamente hacia la principal razon por la que fui a Bolivia: el Salar de Uyuni, un espectacular desierto de sal a unas quince horas de La Paz. Asi que la primera tarde que me encontre en condiciones me subi a un autobus sin bano que en quince horas de viaje por caminos destrozados por la lluvia hizo una sola parada de diez minutos (yo todavia sufria alguna secuela de mi enfermedad...casi no llego) y me plante en Uyuni de buena manana.

Uyuni en si no tiene demasiado aparte de unos precios astronomicos para estar en pleno Bolivia y unos cazadores de turistas que intentan venderte tours en Jeep por el salar sin ningun tipo de piedad. Literalmente, entre ellos se pelean por vender su tour: que si 'no vayas con estos que son unos mentirosos', 'estos te dan coches sin frenos', 'estos te van a dar comida caducada', 'esa agencia tiene fama de timar a los turistas', etc. Un show en el que uno no sabe de quien fiarse menos. Porque de poco fiar, son todos. De hecho, una de las grandes diferencias respecto al resto de paises suramericanos que habia visitiado es que en Bolivia el turista no es persona sino objeto. Todo vale con tal de sacarle una pasta extra, y los precios se establencen segun el grado de timabilidad que presente un determinado turista (o gringo, en la jerga de timador profesional). Es escandaloso.

Total, que ante el acoso de tanto vendedor de tours y ante la falta total de fiabilidad, me decante por el tour que me habia recomendado un espanol al que conoci durante mis dias de agonia intestinal en La Paz. El tour se hace en grupos de seis personas, mas el conductor/guia/cocinero que conduce el Jeep por el desierto durante los tres dias que dura el tour. Mis companyeros de viaje fueron, para variar, cuatro espanoles y un argentino. Los espanoles no tienen desperdicio: Jesus, medico santanderino que trabaja unos meses al ano y pasa el resto del mismo viajando. Durante los meses que trabaja vive en una furgoneta; Andrea, amiga de Jesus, tambien cantabra, de profesion sin especificar mas alla de "yo soy una vaga"; Hilton, granadino que se dedica a hacer payasadas por el mundo (es payaso, en serio), con mucha gracia, por cierto; y Maria, novia de Hilton, que se gana sus dias vendiendo artesanias que bien podrian venderse en tiendas de Svarosky porque la chica es una autentica artista. El argentino, Federico, periodista bonaerense con aspiraciones de escritor, poeta y musico. Un crack.

Con toda esta curiosa tropa me subi al Land Cruiser en el que viviriamos los tres dias siguientes. El primer dia fuimos a lo que es el salar propiamente dicho. Este salar es un lago de sal prehistorico que un buen dia se seco y dejo toda su sal aglomerada en lo que ahora es un desierto a 4.000 metros sobre el nivel del mar. La gracia de este desierto de sal es, ademas de su amplitud (es mas grande que Cantabria - el dato me lo dieron los cantabros y me hizo gracia), es que es totalmente blanco y con la lluvias se llena ligeramente de agua, lo que forma unos reflejos espectaculares. Es lo mas parecido que existe a caminar por el cielo.

Nos pasamos todo el primer dia haciendo el gilipollas por el desierto, haciendo todas las fotos habidas y por haber y, personalmente, dandome cuenta de la magnitud de los personajes con los que tenia el privilegio de compartir la aventura. Jesus, por su lado, se iba solo a caminar, pensar, y perderse autisticamente por el desierto durante horas. Andrea no dudaba en compartir con el resto todo tipo de ventosidades, ademas de ponerse a mear delante de todos sin ningun tipo de pudor. Maria, toda fresca, no dudo en ensenar los pechos para hacerse unas fotos top-less en el desierto (desconozco si es un ritual que sigue en todos los lugares celebres a los que va o si fue cosa del momento). Hilton y Fede eran normales; creo. Cuando dejamos de hacer el tonto, visitamos una isla (un oasis en el desierto) con unos cactus que llegaban hasta los doce metros de altura. Ni os imaginais que pinchos tenian.

La primera noche la pasamos en un hotel de sal. Curioso pero cierto. Suelo de sal, paredes de sal, camas de sal. La cama un tanto dura y la calefaccion, que seria de sal, no funcionaba, asi que pasamos un poquito de frio. Si los desiertos son frios de noche, los desiertos a 4.000 metros de altura lo son aun mas. El segundo dia tuvimos que levantarnos a las tantas de la manana, a eso de las 6, para empezar a recorrer desierto bien prontito. Esta vez dejamos la sal atras y recorrimos un desierto de arena. Vimos las mil y una lagunas: la colorada, la verde; mil y un flamencos; mil y una yamas; y hasta una roca con forma de arbol que resulta ser famosa en todo el pais.

La segunda noche la pasamos en un hostal, sin sal ya, a unos 5.000 metros, lo cual hizo dificil el dormir. Casi todos sufrimos de taquicardias, dolor de huesos y demas sintomas del mal de altura. Para colmo, el tercer dia hubo que levantarse a las 4 de la manana para ir a ver unos heisers a 5.500 metros y estar en unas termas naturales a eso de las 5 y media de la manana. Los heisers eran curiosos, y en sus agujeros podian verse hasta corrientes de lava. Las termas fueron la cura a todos nuestros males, que no eran pocos. Ver salir el sol sumergido en aguas de 40C no tuvo precio. Lo cierto es que describir todos los paisajes que vimos en Uyuni es dificil, asi que os animo a echarle un vistazo a las fotos.

Desde Uyuni fui a Potosi, la ciudad mas alta del mundo, pero hoy voy a tener que acabar aqui porque, a falta de poder usar internet a un precio razonable, me estoy colando en el Apple Store de Los Angeles y voy a tener que dejarlo antes de que me llamen la atencion explicitamente (ya me han echado varias miraditas insinuatorias...).

Espero que la falta de acentos y enyes no haya hecho mas pesado de lo que ya es de por si la lectura.

Aqui estan las fotos:

http://picasaweb.google.com/guillermo.de.prada2/PradaBoliviaI#

Un abrazo.
Prada

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La crónica muy buena y las fotos magníficas. Estás hecho un fotógrafo casi profesional.

¿Se nota que soy su madre?

Ma. Victoria

Ricardo Ribalda dijo...

NO soy mama ni la abuela pero me ha gustado vuestro blo y os he enlazado con el mio:
La Vuelta al Mundo de Asun y Ricardo
http://mundoporlibre.com
de temática viajes RTW.
Os merecéis por perseguir vuestro sueño estar en el apartado de Gente Viajera.
Buen Viaje, saludos.

Andrea dijo...

Me ha pasado Miguel el link y no m pienso perder un post!!! q ya t estaba echando de menos en las fotos de facebook!!! cual es el proximo destino??? un muxu prada!!!!