jueves, 7 de mayo de 2009

Barbe Méjico

Antes de empezar con las explicaciones de mi paso por Méjico, me gustaría dedicarle unas líneas a un amigo que lo está pasando mal, y del que recibí la peor de las notícias con diferencia en lo que va de viaje. Me enteré en el aeropuerto de Dallas, y me quedé tan helado que no supe que hacer ni que pensar.
Él ya sabe por quien va, y ya te lo dije hace unos días, pero te lo repito por aquí, desde el blog que sé que sigues desde el principio, ánimos, y en pocas semanas te daré un fuerte abrazo en persona.




Después de la paliza de autobuses y de las esperas tanto en la estación de buses como luego en el aeropuerto por el retraso del vuelo, llegué a Cancún sin muchos planes en la cabeza, y con las únicas indicaciones de mi madre y de mis hermanos.
Estas indicaciones me decían que no fuera al mismo Cancún, y que bajara hacía el sur en busca de mejores playas y de los restos arquitectónicos mayas.
De esta manera, me subí en el primer bus que partía hacía Playa del Carmen y me planté en cosa de una hora.Con la mochila a cuestas y sin ninguna guía con la que orientarme, pregunté el precio de varios alojamientos, con la misma tarifa todos, CARA.
Y esque además de ser un sitio turístico por excelencia, coincidí con el final de la semana santa, que hizo que todo estuviera si cabe más inaccesible.
Al final de buscar y buscar, encontré la opción más económica de toda la población en un hostal llamado Urban, que ofrecía cama en dormitorio por un cuarto de los precios que me habían dado.
Como ya se sabe que en este mundo nadie dá duros a cuatro pesetas, al entrar al susodicho dormitorio me dí cuenta del porque tan barato. Yo no sé ya si es el más guarro y sucio en el que he estado en el viaje, porque alguno le haría competencia, pero os puedo asegurar que estaría en el top-3.

En el dormitorio te podías encontrar de todo, desde papeles, hasta calcetines, pasando por algun que otro bichito. Además de estos lujos, el hostal solo contaba con una ducha y un lavabo para todos, que estaba situado justo delante del comedor, con lo que cuando ibas al baño podías saludar a los que estaba comiedo. Un lujo al alcance de pocos lugares......Os podeis imaginar las mañanas.

En contra de lo que puede parecer, nada me pareció mal del todo, al fin y al cabo estaba pagando 4 veces menos que en los otros hostales, así que tampoco podía esperar nada, y esque el viaje, si algo me a enseñado, es a quejarme lo mínimo posible.

Con este panorama, dejé mi mochila grande donde y como pude, y la pequeña en uno de los pocos lockers que no estaban ocupados o literalmente llenos de mierda, y me fuí a dar una vuelta por la calle principal. Eso sí, el hostal estaba situado en la mejor zona de todas, a 3 calles de la playa y a 2 de la calle de la fiesta.
Con 5 minutos en aquel lugar ya te das cuenta de que es un sitio muy muy turístico, en lo que vendría a ser el Lloret de turno, lleno de extranjeros, lleno de marcas internacinales, puestos de souvenirs, etc, etc. Como todos estos sitios, a mi no me gustan, y nada más verlo ya tenía ganas de buscar una alternativa, pero antes necesitaba saber que hacer, cuando hacerlo y como hacerlo.

Me fuí de nuevo al hostal, y con la información que me facilitó muy amablemente la chica de la recepción, ya me hice una primera idea mental de todo. Así, básicamente quería estar solo un día en Playa del Carmen ( que sería el siguiente), y luego ya me empezaría a mover por toda la Ribiera Maya y la provincia del Yucatán.
Ese día me lo tiré tumbado en la arena y bañándome en las aguas azules turquesas, pero no transparentes de aquel lugar tan masificado. En la tarde, y después de mirar el precio más barato de todas las agencias, contraté la excursión a las ruinas de Chichen-itza, las más grandes y conocidas de la zona. Además de esta visita, también te incluían un cenote ( cueva típica de la zona con aguas pluviales) y la visita a la ciudad de Valladolid. Esta sería la única visita que haría con tour, que evidentemente salía más caro que hacerlo por tu cuenta, pero que por la lejanía de los restos, 210 km, la hacían de difícil acceso.

Por la noche, y ya con todo cerrado para el día siguiente, salí a conocer la vida nocturna del lugar, y para ello tomé una cerveza en un bar argentino situado en la zona de fiesta, y justo al lado de la discoteca más conocida ( cocobongo). En esta, ofrecían espectáculo y barra libre por 50 dólares, un precio que como podéis imaginar no estaba dispuesto a pagar, pero no era por falta de ganas, el desfile de gente era brutal, y todo ello porque los viajes organizados van todos ahí, con lo que está lleno de grupos.
En el bar conocí 3 chicas mejicanas con las que estuve hablando y las que también querían entrar en la discoteca, pero tampoco querían pagar el precio. Así, nos hicimos un par de copas, hablando de todo y de nada, y sobre las 12 nos fuimos a la puerta a probar si la gente local tenía privilegios.

Así era, conseguimos ( mejor dicho consiguieron, ya que se suponía que yo también era mejicano) que en lugar de pagar 50 dólares, pagáramos 50 pesos ( 4 dólares). Un buen negocio, y aunque el espectáculo ya había terminado, nos quedaba toda la noche por delante, con la barra libre incluida.

Dentro del local coincidimos con muchos grupos de españoles ( sobretodo valencianos), que iban más salidos que los balcones y le tiraban la caballería encima a mis nuevas amigas mejicanas ( ya sabemos todos lo que son los viajes de fin de carrera). Como no, me utilizaban de gancho, pero iban tan a saco, o mejor dicho, estaban tan borrachos, que fué una misión imposible. Al menos nos reímos durante toda la noche de ellos.
Al final, salíamos de aquella discoteca a las 5 de la mañana y mi tour empezaba a las 8, con lo que me quedaba por delante una pequeña siesta en mi antro de habitación y luego partir.

A la hora indicada me pasaron a buscar con la furgoneta, y con el evidente cansancio y ( lo siento mamá), con un poquito de resaca, me metí en la parte de atrás y me puse a dormir todo el trayecto hasta las ruinas. Ese tiempo me vino fantástico, y cuando lluegé ya me había recuperdado y podía prestar atención a mis compañeros de día.
Ellos eran, una pareja argentina ( que fueron con los que me llevé mejor), dos amigas madrileñas que habían dejado a los maridos para viajar por méjico, y un grupo de 5 chicas y 1 chico también de valencia, y también de viaje de fin de carrera.

Las 3 horas que duró la visita estuvieron marcadas por el intenso calor, que hacía que lo que nos estaban enseñando perdiera algo de protagonismo. De todas maneras nuestro guía, Daniel, se esforzó en explicarnos la cultura maya, sus orígenes, su decadencia, etc, etc.
Chichen-itza son los restos más grandes descubiertos en la zona, y únicamente un 5% ha sido despejado de la selva y puede visitarse. En el centro del complejo está la pirámide mejor conservada de toda la cultura Maya, en la cual estaba restringida la subida y el acceso desde que en el 2003 una señora perdiera la vida en un ataque al corazón por la exigencia de los escalones.
Concluida la visita guiada y el tiempo libre para las respectivas fotografías, pusimos rumbo al buffet libre que estaba incluido en el precio del día.
Fué aquí donde ya pude conocer mejor a los componentes del grupo, y ver que el "team" de estudiantes era realmente insoportable. Unas niñatas de papá que no tenían ni idea de nada y se las daban de enteradas. El resto las mirábamos con gesto entre sorpresa y pena.
Pero esque no a sido solo estas chicas, sino todos los grupos de estudiantes españoles que me he encontrado en Méjico me han caído de una forma similar....FATAL. No sé si a sido mala suerte de encontrarme a los peores, o que su actitud cambia cuando van en grupo, o el haber perdido la costumbre de tratar con muchos a la vez, pero como todos los nuevos licenciados sean así, que nos cojan confesados.

Con las pavadas y tonterías de fondo, terminamos de comer y empezaría nuestro particular tour, ya que al poner la furgoneta en marcha para ir hacía el cenote, algo falló ( no sabemos que fué todavía) y no pudimos arrancarla. Después de intentarlo por más de una hora, de poner gasolina y de cambiar la batería, Dani decidió llamar a uno de sus amigos guias para que nos vinieran a buscar al restaurante y nos llevara a pegarnos el bañito.
Así, cuando nosotros llegamos al lugar, el resto de los grupos estaban ya marchándose y pudimos disfrutar del lugar solos, aunque por el lado negativo, también sufrimos a las chicas solos...jajaja, y esque era una detrás de la otra.
Más de 2 horas en el cenote ( cuando a priori eran 45 minutos) hasta que llegó nuestro guía con otra furgoneta, esta vez alquilada, que sería la encargada de llevarnos a Valladolid, la última parada de la jornada.

Apenas media hora para ver la plaza del pueblo y poca cosa más y ya pusimos rumbo de vuelta a Playa del Carmen. Esta vuelta, de 2 horas y media aproximadamente, la haríamos en otras 2 furgonetas. La primera de ellas otra vez de alquiler que nos llevaría hasta no se que población donde nos esperaba otra de la empresa que sería la encargada de llevarnos a los hoteles.
Así, 4 furgos diferentes para solo un día de excursión, 5 horas de retraso que hicieron que llegaramos pasadas las 11 de la noche, y una compañía un tanto especial fueron los complementos del único tour guiado que contrataría en este país.

A la mañana siguiente y después de "descansar" en mi super dormitorio, hablé con los del hostal para poder dejar mi mochila grande un par de días, y con la pequeña me fuí camino a la isla de Cozumel, situada a 45 minutos en ferry de Playa.
La estancia en la isla fué mucho más tranquila, menos turística, y por tanto más original.
Me dediqué a bañarme esta vez si en sus aguas transparentes, tomar el sol, y conocer toda la isla en moto con una chica francesa que compartía habitación conmigo.
Pensé en hacer una inmersión ahí, pero los arrecifes de corales era algo que ya había visto durante mi viaje y no me ofrecían una cosa diferente, así que decidí esperar a otra ocasión. Lo que si que hice el día que alquilamos la moto, fué rentar también unas aletas para poder hacer snorkeling mucho mejor.

Ese citado día tuve, por primera vez en mi vida, la extraña sensación de sobornar a un policía. Y esque, al pararnos por exceso de velocidad en una zona urbana, tuve que hablar con el "representante de la ley", como me dijo él, ya que mi nueva amiga no hablaba demasiado español.
Después de un buen rato charlando de la posible multa, de que teníamos que ir a comisaría, etc, etc... me soltó que de hombre a hombre lo podíamos solucionar ahí mismo. Evidentemente nunca me pidió dinero, me decía, con toda la cara del mundo, " la multa son 2.000 pesos, yo no te estoy pidiendo nada, pero hay maneras de solucinarlo".
Obviamente sabía de que me hablaba, pero me daba mucha rabia su actitud, así que le dije que lo sentíamos mucho, y que si quería podíamos hacer la vertical en medio de la carretera para demostrarle nuestro arrepentiemnto, y que si eso era suficiente para solucionarlo.
Reconozco que me pasé de listillo, y que no le hizo ni pizca de gracia, pero sabía que cuando sacara el dinero, como así fué, todo estaba solucinado. Al final de todo, 300 pesos pasaron de mi mano a la suya al estrecharle la mano, y con una sonrisa y un " tengan un buen día", se despidió de nosotros. La cara de gilipollas que se te queda es enorme, y si llego a estar en España o llego a tener más dinero, pago la multa y lo denuncio, pero ni una cosa ni la otra, así que me ahorré una buena pasta.
A parte de la anécdota, el día fué muy bueno entre playita, snorkel, más playita y más snorkel.

Ya de vuelta al tumulto de Playa del Carmen, y con la idea en la cabeza de alquilar una bicicleta para irme hacía el sur a conocer los restos Mayas que me quedaban, me conecté a internet y vi como mis amigas israelitas que conocí en Las Vegas, estaban parando en un hotel cerca de mi hostal, y querían quedar para charlar.
Aquella tarde fuí a su habitación en busca de ellas y después de hablar las diferentes opciones decidimos que podríamos alquilar un coche entre los 3 y recorrer toda la costa mejicana.

Dicho y hecho, ahí estábamos los 3, metidos en un Atos con la idea de estar 3 días por ahí recorriendo. El único que tenía licencia era yo, así que me tocó hacer de chófer en los 900 kilómetros que al final hicimos.
La primera parada fué una playa que todo el mundo nos había recomendado, y en la cual pude dormir una reconfortante siesta a la sombra de las palmeras.

Empezó como una idea loca, pero poco a poco cogió fuerza, y después de la comida ya estaba decidido. Ibamos a recorrer los 250 km que había hasta la frontera con Belize y ibamos a estar ahí un par de días ( incluso pensamos de alargar el alquiler del coche).
No me pareció una mala opción, ya que mi hermana Nati me había hablado de un lugar muy bonito para hacer inmersión, y ese era mi objetivo. Con nuestro Atos, nos tiramos toda la tarde en la carretera hasta llegar al puesto fronterizo.
Cuando llegamos nos llevamos la decepción de que ellas tenían que pagar 70 dólares para la Visa ( craso error no haberlo previsto), y no salía a cuenta pagarlos para estar unos días.

Asumiendo ya que no podría ver Belize, tuvimos que montar otro plan, y no fué otro que parar en el primer pueblecito que encontráramos y así, al menos, conocer el real méjico, lejos del turismo. Esa población no fué otra que Bacalar, a la que llegamos sin tener pajotera idea de donde estábamos ni que había para ver.
Cenamos en un restaurante a precio de local, y preguntamos al dueño que se podía hacer por aquellos mundos. Resulta que estábamos cerca de la laguna que da nombre a la población, y que por lo visto era muy bonita.

Dormimos aquella noche en el coche, ya que el único hotel que había tenía un precio y calidad fuera de mi alcance y al amanecer bajamos a darnos el baño matinal al lago. El color del agua era tremendamente azul, y los niños locales jugaban ahí al ser domingo y no tener colegio.
Fué una mañana muy buena, que culminó el triunfo del Español que seguí por una conexión cutre salchichera que existía en el pueblo.

De ahí pusimos rumbo hacía el norte, con el objetivo de llegar a la hora de comer a una zona de playa de la que todos hablaban y que no resultó ser nada del otro mundo. Tal fué el fracaso que ni me entraron ganas de bañarme en ese sitio, y empezaba a estar bastante desilusionado con las playas "caribeñas" de Méjico.
No alargamos demasiado nuestra estancia ahí, y al menos el tener coche propio nos permitía irnos cuando quisiéramos. Llegamos a Tulum a la hora de cenar, y una vez alojados en un hotelito que nos ofreció un buen precio por dos habitaciones dobles, una de las cuales iba a ser solo para mi, nos retiramos a descansar y a esperar al día siguiente.

Las visitas obligadas de las ruinas de Cobá y Tulum las teníamos programadas para el mismo día, ya que el siguiente ya teníamos que devolver el coche en Playa.
Primero nos dirijimos a Cobá, en donde tienes que caminar media hora entre "selva" ( que baje dios y lo vea si eso era selva), como mis amiguitas pijas israelitas lo bautizaron y llegabas a la pirámide más alta de toda la península del Yucatán ( 42 metros).
Ellas tardaron más, porque yo ya estaba bastante arto de las tonterías que hacían y de la finura con la que iban por la vida, así, con las llaves del coche en mi poder, hice mi recorrido, subí a lo alto de la estructura y después de disfrutar un rato de la brisa y de las vistas, puse camino de vuelta solo hacía el parking.Una de ellas subió, la otra se ve que sólo hacía que refunfuñar y quejarse del calor y se quedó en la base ( ya me explicareis).

Con esta situación nos fuimos hacía las ruinas de Tulum, situadas en la misma playa, y al llegar me sorprendieron al decirme que estaban cansadas de tantas piedras y ruinas y que se quedaban fuera esperando.
Lo cierto esque me sacaron un peso de encima, y visité los últimos de los restos Mayas solo y con una tranquilidad que añoraba. Me tomé mi tiempo, sin importarme lo más mínimo que estuvieran fuera, y cuando terminé de verlo todo, con sus miles de iguanas gigantes que campan por todo el recinto, y con sus templos a escasos metros de la playa, me reencontré con ellas y nos fuimos a acabar el día en una playa cercana, llena de turistas y sin ninún tipo de encanto.


La noche previa a nuestro retorno estuvimos alojados en el mismo hotel que el día anterior, pero esta vez teníamos que dormir los 3 en la misma habitación. Yo me retiré a dormir antes, ya que estaba cansado y además ellas habían conocido a otras dos israelitas y charlaban de sus cosas.
Al entrar ellas a la habitación, hicieron tal ruido y tango el gilipollas que les solté el moco de sus vidas, en puro español ( en el que no entendían más que hola y adiós) pero que seguro que captaron la idea general. Aquello acabó de llenar el vaso.

A la mañana siguiente apenas les dirijí la palabra y me moría de ganas ya por desembarcarlas y hacer otra vez mi viaje solo. Llegamos, un beso de despedida y un "take care" y a la mierda, por fin me dejaban tranquilo, y esque convivir 4 días ( 24 horas) con dos chicas es complicado, si son pijas y fifis más, pero si encima son israelitas la cosa se complica hasta niveles difíciles de explicar, y que seguro que Prada me entiende a la perfección.

Con la mala leche que traía yo encima, solo me faltó que el figura del alquiler de coches me dijera que la zona del paraxoques superior, por donde sacan las maletas estaba rayado y que tenían que pintar todo el parabarros.
Al ir a mirarlo solo pude reirme irónicamente y ponerme como una furia, y esque no era nada, era una pequeña línea, probablemente hecha cuando la más "posh" de mis ex-compañeras de viaje había sacado el baúl que traía para 4 días ( que maletón señores). Mientras yo había dejado la mochila grande en la oficina donde rentamos el coche, igual que Nofar, Yardel se había llevado todo el armario con ella.

Así estuve por más de 1 hora discutiendo con el listillo aquel ( y esque con lo del policía ya había tenido suficiente), no quería que me timaran más. El me amenazaba con los papeles firmados y con la garantía que había sacado de mi cuenta y yo solo hacía que reirme sarcásticamente y decirle que llamara a un policía, a su jefe y a un perito para decidir si aquello era rayada, o una paja mental temporal que le había agarrado.
Finalmente me devolvió mi garantía, y me dijo que el mismo lo arreglaría con no se que producto que costaba 50 pesos ( 3 euros), y que tenían que correr a mi cuenta. Lo cierto es que me quería ir ya de allí, ya tenía el comprovante, pero no quería más problemas, así que le dí el dinero y antes de marchar le dediqué un buen discurso que fácilmente lo podría haber firmado el señor Jaime Batlle.
Sé que de poco le sirvió, pero yo me quedé más ancho que nadie.

Con el descanso de estar ya sin las chicas, tenía que decidir cual sería mi último destino en Méjico antes de mi partida, y decidí gastar los 3 días que quedaban en Isla Mujeres, buscando la playa y la tranquilidad que no había encontrado hasta la fecha.
Después de un bus y un ferry llegué, y me encaminé al único hostal que había en toda la isla, y en el único en el que me han puesto pulserita ( royo resort).
El sitio estaba muy, pero que muy bien, servían comida buena a un precio barato, estaba cerca de la playa, una playa realmente bonita y sin masificar. En definitiva, mi última estancia acabaría por dejarme un buen sabor de boca, en contra de todo lo que me había pasado en las playas de la ribiera maya.

En el hostal estaba también alojada la chica francesa que había conocido en Cozumel, pero yo estaba tan saturado de la compañía, que cuando se acercó, le dije que había venido a estar solo, a pensar en mi futuro, a reflexionar sobre muchas cosas. La pobre chica se quedó sorprendida, pero me dijo: lo entiendo, yo también he pasado momentos malos...jajajaja, se debió pensar que estaba loco.

Así gasté los días en la playita, tomando el sol, y esta vez si, haciendo inmersión en las aguas cristalinas. Como yo estaba buscando algo diferente, me llamó la atención una empresa que ofrecía un barco hundido a 25 metros de profundidad.
Me informé, pregunté si con mi licencia podía bajar tanto ( no está permitido) y como ya tenía los dólares en la mano, la respuesta no hace falta que la ponga en estas líneas.

El día del buceo me levanté pronto, fuí al punto de encuentro, y con otro chico canadiense nos montaron en una barca de pescadores muy pequeña y fuimos en busca del dive master ( monitor de buceo).
El tio no podía ser más borde, y nada más entrar en el barco y sin saber que yo era español, le soltó al capitán del barco: " con dos no me gano ni para la cerveza, al menos vamos a ir rapiditos".
Cuando le dije que le había entendido y que no era nuestra culpa, sino de la agencia, me pidió disculpas, aunque siguió con su actitud de prepotente, y así, mientras montábamos el equipo, el capitán hizo ademán de ayudarme y le dijo: " deja que lo hagan solos, esta inmersión es para gente experimentada que saben montar su equipo solos".
No le quise responder, pero como a los chulos al final el destino o su propia chulería les deja en su sitio, en el fondo del mar, el canadiense y yo tuvimos que ponerle la botella en el sitio porque la había abrochado mal y la estaba a punto de perder. No le vi la cara, pero seguro que se puso como un tomate.

Dejando al guía de lado, la inmersión fué un gustazo, estar dentro de un barco hundido, recorrerlo por dentro, viendo miles de peces en sus entrañas, morenas, plantas....una sensación que nunca antes había tenido, y que hizo que valiera la pena el dinero pagado.
La segunda de las inmersiones la hicimos en un arrecife donde vimos lo típico de la zona ( no vimos tiburones esta vez, lástima), en la que las tortugas de mar son la protagonistas.

Más playa y más tranquilidad terminaron la estancia en la isla antes de coger el ferry y el bus que me llevaría al aeropuerto para irme a uno de los destinos más esperados, Cuba.
Eso ya será cosa de la próxima entrada.

A la hora de escribir estas líneas aún no he tenido ningún síntoma de la fiebre porcina que circula por Méjico y que a llegado a España con algunos de los muchos turistas que habían por la zona. Seguro que en Valencia habrá algún caso.
Me mantendré al loro por el posible periodo de incuvación, pero tranquila mamá que de momento ni los puercos ni las vacas pueden conmigo.

Aquí van las fotitos: http://picasaweb.google.com/guillermo.de.prada2/BarbeMejico#




Barbe

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